En la falda de un otero que protege el valle del Duero se sitúa Zuzones. Antiguo castro arévaco, tribu celtíbera cuya cabeza era Numancia, bajo dominación romana dependientes de la vecina Clunia, probablemente despoblado durante la invasión árabe, repoblado en la Reconquista, y dependiente del Monasterio de La Vid desde su fundación en el 1550 hasta el 1835, año en que sus fundadores, los Premonstratenses, fueron expulsados y sus posesiones pasaron a particulares debido a la Desamortización de Mendizábal.
Alrededores
Los alrededores del pueblo nos ofrecen paisajes de gran belleza. El río Duero deja a su paso una vegetación que cambia sus colores según la época del año que visitemos.
De los verdes vivos de las hojas de los árboles en primavera a los tonos pálidos y amarillentos del otoño, podemos disfrutar de toda una gama siempre en cambio.
Los campos de cereal en verano ponen un contrapunto a la variada arboleda y vegetación característica de la ribera, y los viñedos cargados de racimos nos avisan del final de la cosecha.
Los paseos
Los montes
El Castro
Siguiendo el camino que lo cruza, ascendiendo por la ladera, llegamos a una ermita que está dentro de una cueva natural y rodeada por unas construcciones de origen templario. La Virgen del Monte era la que se veneraba en aquel santuario, recientemente restaurado.